Para comenzar este risotto, vamos a preparar antes de nada la calabaza y la cebolla. Hay que picar la cebolla en trozos muy pequeños y la calabaza en trozos algo más grandes en forma de taquitos.
Se pone a calentar una sartén con un poco de aceite de oliva, en este aceite vamos a sofreir la cebolla, cuando tome color se añade la calabaza y dejamos que se rehogue todo junto varios minutos.
Por otro lado añadiremos a la preparación un buen caldo de verduras en una olla y lo pondremos a hervir , Añadiremos a la cebolla y calabaza nuestra tacita de arroz, removiendo continuadamente. Esta es la clave para que nuestro risotto que muy cremoso.
Conforme vayan pasando los minutos y el caldo se vaya evaporando, se van añadiendo pequeñas cantidades de caldo para que el arroz se siga cociendo a fuego lento. Como el Idiazabal añadirá gran contenido graso, en los últimos 10 minutos añadiremos poco a poco pequeñas cantidades de leche en vez de nata, para aligerarlo un poco.
A los 18 minutos aproximadamente de cocción el arroz estará resuelto y casi sin caldo. En ese momento quitamos del fuego y le colocamos el queso Idiazabal y una nuez de mantequilla, con el calor se derretirán y se mezclarán bien.
Escoltaremos con unos buenos brazos de pulpo plancheados. Vamos a emplear un pulpo ya cocido de los que se encuentran envasados al vacio. Estos pulpos ya están cocinados así que debemos de tener cuidado con la aplicación del fuego ya que el riesgo es dejarlo muy seco.
Pondremos una plancha a fuego fuerte, una gotita de aceite de oliva y los brazos de pulpo para que se vayan caramelizando. Cuando vayamos a darle la vuelta debemos tener cuidado con la piel ya que puede tender a quedarse pegada a la sartén y de esta manera perdería su gracia. El caramelizado no debería llevarnos mucho mas de 5 minutos.
Buen provecho!!!
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