Hongo comestible, con sombrero anaranjado y láminas del himenio amarillas, Sombrero de 8-20 cm., primero hemisférico y finalmente aplanado, con el margen recto y ligeramente acanalado. La cutícula, que es separable, es lisa y brillante, un poco lubrificada en tiempo húmedo, de color naranja rojizo vivo, que más tarde amarillea. A veces puede presentar restos de velo en forma de grandes placas. Láminas muy juntas y libres, de color amarillo. Esporada de color blanco. Pie separable, cilíndrico, de 6-15 x 2-3 cm., lleno, de color amarillo vivo, con un anillo estriado de color amarillo. La volva, generalmente bilobulada, es membranosa, blanca, y envuelve la base del pie. Carne tierna, de color blanco, excepto bajo la cutícula y en el exterior del pie, donde es amarilla. Su olor es suave y su sabor dulce. La oronja suele consumirse en fresco, merced a sus extraordinarias cualidades organolépticas, aunque admite la congelación. Es un hongo comestible excelente.
Su nombre es su mejor tarjeta de presentación: la amanita de los Césares. Sólo a ellos estaba permitido el privilegio de comerlas. Al menos eso es lo que dice la leyenda. Considerada la seta más exquisita y cara del mercado (supera los 50 euros el kilo, con facilidad), su color naranja y su suave textura la convierten en un referente de la alta gastronomía. Al menos una vez en la vida hay que probarla.
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